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dimanche 23 août 2015

La vejez no existe - Miguel Oscar Menassa

26 de octubre de 1976, Madrid

Querida:
            Decile a tu marido que lo amo.
Amo a toda la humanidad y la humanidad,
                                                               no lo sabe.
                                                                              Estoy perdido.
El dolor,
ya pertenece definitivamente a la literatura.
En el universo de las formas todo es infinito.
Puedo asegurarte, querida, que en el universo de los contenidos, todo es infinito.
              Soy,
debo confesarte,
el antropólogo de la sociedad contemporánea.
                                                                     Vivo entre salvajes,
tienen,
         una rara manera de vivir.
                                              Querida,
                                                           los salvajes
                                                                            te esperan.
Debes acercarte mortalmente a la magia,
vivir entre ellos tranquilamente.
                                              Son primitivos,
sólo tienen armas contra nuestros cuerpos,
con la palabra,
                      con la palabra,
                                           todavía,
                                                      no saben lo que hacer.
Algunos te hablarán de la guerra; es una ilusión.
Te, hablarán de la familia; ese es el pasado.
Algunos te hablarán de la ciencia y de la poesía; es una ilusión.
Algunos, los peores, los casi incurables, te hablarán todo el tiempo,
del sexo y de la muerte, debes saberlo, también es una ilusión.
La diversión,
la verdadera diversión,
                                 no sé cual es.
A veces,
un rayo devastador de alegría,
cruza el corazón,
                         inesperadamente.
                                                   La vejez no existe.


 Miguel Oscar Menassa
 SALTO MORTAL - 1977  online

jeudi 20 août 2015

"Miguel Menassa: pintura significante" por Tom Lupo



Cuando conocí la pintura de Menassa, tuve la impresión de que había creado un estilo. Y eso me alcanzó para acercarme cuidadosamente, sabiendo que estaba próximo a una llama que algo iba a iluminar de mi ser. Como me sucede en contadas ocasiones, cuando percibo que estoy por observar o escuchar o leer algo del orden de lo poético, ese rumor que tiene lo nuevo. Por un lado gocé de esta perspectiva llena de libertad y de movimiento. Imaginé a un torero en el ruedo armado de una espátula y pinceles. Después fui tocado muchas veces por los nombres de esos cuadros, poesía de la poesía..
Y ahora la sorpresa volvió a visitarme cuando recibí el catálogo de su próxima exposición, cuando me encontré que dentro de ese estilo, Menassa tenía reservados nuevos laberintos que me tocaron allí donde las cosas deben tocar: un lugar que desconozco, pero que no me pasa desapercibido.
Y quiero mencionar algunas obras que me produjeron una ebullición que luego se transformó en palabras, recuerdos, poemas, palabras.
Una es Amores Nocturnos. Cuando vi ese cuadro, me dije, “yo estuve ahí”. Fui actor y víctima de esa pasión. 

Después vino Pongo violeta aquí, y aquí compitieron la belleza de la imagen con la belleza de la frase. Y me quedé mirando y puse tiempo ahí.

En Relámpago Cero, se agolparon la creación, el arco iris, las cataratas de mi infancia y el relámpago que fue en mi vida encontrarme con la escritura de Menassa.
Cuando me tropecé con La cueva del saber, pensé hete aquí otro Menassa, un estilo diferente dentro de su marca. Ahí estaban mis propios nervios, las primeras huellas del saber y la muerte, ahí estaba Platón atrapado en su propia cueva soñando con el cine y también alguna lágrima negra por las cosas que mi memoria no pudo retener.

Al sur de Europa, me remitió, fatalmente, a un libro que me acompañó muchas horas irrepetibles de mi vida y me pareció natural como un amanecer, pensar que el libro estaba ahí, del mismo modo que Borges había descubierto que la Luna estaba en la palabra luna.

Y la aventura no había terminado, me esperaba el recodo más sorpresivo. El encuentro con Homenaje a Cuba.  Ahí resucitaban El Bosco y Dalí, ahí yo ascendía y caía, ahí se sumó al viaje Guillén: “…por el Mar de las Antillas, que Caribe también llaman, navega Cuba en su mapa, un largo lagarto verde con ojos de piedra y agua…”
¿Agua dije? Ése es el camino con la pintura de Menassa: la Natación. Tirarse y dejarse llevar. 

En algún puerto, puerta o parto, nos volveremos a ver.
                                                                                    
Tom Lupo (Psicoanalista. Periodista)